No sabría decir, si esta es quizás una de las historias más difíciles de explicar.
Al principio sólo quería descansar.
Pensó que podría hacerse de plumas y quedarse dormida para siempre. Volverse algo cálido y silencioso que nadie pudiese traspasar jamás.
Y dormir.
O al menos descansar durante días. Años tal vez.
Pero vivía junto al mar.
Ese fue el auténtico problema.
Y en lugar de buscar plumas cerca del cielo, las quiso encontrar sentada junto al mar. Sentada en las rocas. /Junto al mar/
¿Qué te voy a contar después de esto?
Se le abalanzó una manada de mejillones al verla tan cansada. No querían mas que hacerla feliz, o algo así... y la verdad, es que a ella pareció no importarle.
Cerró los ojos y se dejó hacer.
Pero vivía junto al mar.
Ese fue el auténtico problema.
Y en lugar de buscar plumas cerca del cielo, las quiso encontrar sentada junto al mar. Sentada en las rocas. /Junto al mar/
¿Qué te voy a contar después de esto?
Se le abalanzó una manada de mejillones al verla tan cansada. No querían mas que hacerla feliz, o algo así... y la verdad, es que a ella pareció no importarle.
Cerró los ojos y se dejó hacer.
Puede parecer un poco ridículo hablar de los mejillones así, tan románticamente, pero ¿qué le voy a hacer yo si eran los mejillones los que fueron y no las plumas?
Pasaron varios días hasta que estuvo completamente repleta de mejillones. Y pensó que había sido mucho mejor así porque ahora, no habría nada que pudiera hacerle daño con aquel caparazón nunca más.
Pensó también que le gustaban las gotas frías cuando rompían las olas cerca de su cara.
La brisa que la despeinaba con olor a sal.
Los barcos que la saludaban.
Dicen que una vez se enamoró de un marinero.
O del capitán. No se.
Yo la vi el día del solsticio de verano y estaba bailando en la orilla de la playa. Después ya no se que más pasó. Pero se que los mejillones también bailan.
Los barcos que la saludaban.
Dicen que una vez se enamoró de un marinero.
O del capitán. No se.
Yo la vi el día del solsticio de verano y estaba bailando en la orilla de la playa. Después ya no se que más pasó. Pero se que los mejillones también bailan.

Ohhhh que dulzura!
ResponderEliminarEsta historia le va mucho a mi nueva entrada, jaja ^^
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo la historia, de verdad, MUCHO <3
Me encanta la metáfora del caparazón de mejillones para que nada pudiera hacerle daño.
Y la ilustración... qué bonita!
Esperemos que La Musa de la Roca siga bailando en la orilla.
muaaak.
Hermosa historia marina ♥
ResponderEliminarTe acabo de conocer por una ilustración tuya que ha compartido Javi Gayet en Fb.
ResponderEliminarY estoy fascinada. Me encantan tus dibujos. Y tus historias. Me gusta cómo escribes. Me haces soñar. Me gustaría tener un libro tuyo en la cabecera de mi cama y cada noche leer una historia y mirar la ilustración hasta dormirme. Has sido lo mejor del día. Gracias.
Me gustaría despertar bailando con La Musa de la Roca (:
ResponderEliminary empaparme de su color !
Muchas gracias a todos, no os imagináis lo contenta que se queda bailando la musa hoy con vuestras palabras
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